La felicidad, es el camino.


Todos los seres humanos, viven y ambicionan alcanzar la felicidad, aquella sensación de tranquilidad y sosiego en la que todo marcha bien, si bien involucra la cantidad de endorfinas que libera nuestro cerebro a nuestro cuerpo y nos provoca un estado emocional de alegría, es mucho más que eso. Es la oportunidad de vivir día a día con la verdadera misión que tenemos en el mundo. Ser felices y hacer feliz a los demás. 





  • Ser optimistas, las personas optimistas crean oportunidades reales a corto plazo y vínculos afectivos duraderos, desde la aceptación de lo que tenemos aquí y ahora siendo agradecidos. 
  • Tener libertad de elegir lo que nos gusta y poder hacerlo, sea con cosas pequeñas, desde tomar un helado, salir de excursión, practicar nuestro deporte favorito, escuchar la melodía que nos gusta. 
  • Invertir tiempo en experiencias personales, en compartir con seres queridos, aprender de los otros, estar en contacto con seres humanos para compartir experiencias nuevas, conmemorar recuerdos y crear nuevos momentos. 
  • Dar.  La satisfacción de dar sin esperar recibir nos quita cualquier peso que nos podamos estar cargando, sea consciente o inconscientemente; lo llevemos o no. Brindar aquello que esté a nuestro alcance (no aquello que sobre) genera sensación de gratitud a la vida, de hermandad, solidaridad y confianza al mundo desde una perspectiva de bondad. 
La felicidad es el camino con el que hacemos las cosas rutinarias, desde la gratitud, haciéndolo extraordinario. 




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